domingo, 2 de septiembre de 2012

Una nueva vida.

Es increíble las mínimas cosas que son necesarias en la vida para hacernos felices, verdad?
No se necesita plata, no se necesita poder, ni lujos.
No sé si a alguien de los que lee este blog le ha pasado alguna vez, de querer amar a alguien a la fuerza, ya sea por que es amable , lindo, el que mejor nos trata, o el que mas nos puede dar.
Pero sinceramente, no es así.
Intenté darle lo mejor de mi misma a alguien durante los últimos siete meses, y sinceramente, no funciono.
¿Por que?
Por que por mas que lo intentara, mi mente estaba en otro lugar.
No con otra persona, si no en otro lugar, el cual hoy en día puedo entender.
Posiblemente, esta persona me odie de por vida y jamás vuelva a dirigirme la palabra o siquiera a pensar en mi, pero entre muchas idas y vueltas, yo no puedo vivir una mentira para mantener a alguien feliz.
¿Sabes cuando me di cuenta?
Cuando sus besos ya no me llenaban, y cuando prefería un plato de comida a un instante entre sus brazos.
Ahí me di cuenta de que las cosas no funcionaban como ninguno de los dos queríamos.
Ahora que estamos distanciados, tengo una vista mejor de los detalles pequeños que me hacen feliz, los cuales a su lado no contemplaba con tanto detalle.
¿Alguna vez te subiste muy muy alto en un árbol, y miraste el cielo? Yo lo hice esta tarde, y me sentí tan completa, que ni siquiera puedo expresarlo en palabras.
Septiembre, simplemente va a ser un antes y un después de todo este tiempo.
Quiero complementarme, sentirme bien, libre, liviana, amada.



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